sábado, 31 de marzo de 2012

otra pregunta que me hacen muchas mamás...Alguna vez la integraron en un jardín común??

Siempre partiendo de que cada hijo, cada persona, es única, y en éste caso, cuando tenemos un niño con hipoacúsia, cada uno de ellos tiene sus tiempos, hay que seguir cada caso muy de cerca. Siempre juntos profesionales y nosotros los papás, y con mucho sentido común, pero por sobre todo, respetando ampliamente sus cualidades, habilidades, al niño en su totalidad, su realidad.  Partiendo de allí es que podemos pensar en la integración en las escuelas comunes.
Nosotros les contamos nuestra experiencia con Martina:
  A lo largo de éstos 6 años, hemos pasado por varias Instituciones, todas y cada una de ellas, son la suma de lo que es Marti hoy.
  Desde muy pequeña concurría al Centro de Estimulación Temprana del Hospital Municipal: allí en compañia de fonoaudiólogas, estimuladoras, neurólogas y una prof de señas, es dónde Marti recibió sus primeras clases. Y gracias a ellas, yo como mamá pude comenzar a comunicarme con mi hija, necesitábamos de alguna manera entendernos, y por medio de algunas señas, podía saber cuáles eran sus deseos o necesidades, así comenzó a expresarse a decirme mamá, a pedir pis o agua, galletitas, conoció los colores los animales, comprendió que de esa forma se podía comunicar con los demás, y que recibía respuestas a cambio. De ésta manera ella podía ir armando su pensamiento, y adquirir conocimientos como todos los niños de su edad.
 Mientras tanto, nosotros nos ibamos empapando de información general, de las posibilidades y opciones que podíamos optar en el camino de la hipoacúsia. Paralelo a ésto dependíamos de los estudios que seguíamos realizando.  Y fue así que surgió la posibilidad de optar por el implante de cóclea.  Fue en ése momento, que debíamos decidir si seguíamos con señas o tomábamos el camino de la oralidad, junto a la decición de realizarle la operación.
 Realmente no nos fue fácil, porque debíamos pensar y decidir por ella, tan chiquita, pensar en su futuro. Y bueno como todos saben luego de varias charlas, con muchos profesionales y muchas pero muchas charlas entre nosotros como papás, optamos por la oralidad.
 A los 2 añitos comenzamos a viajar al Instituto Oral Modelo,(luego de pasar por varias evaluaciones), y tomábamos clases de estimulación auditiva y del lenguaje. Marti no estaba equipada aún. A los meses le colocaron los audífonos. Igual con éstos no percibía todos los sonidos. Al año siguiente ya comenzó en el Jardín Maternal, de éste Instituto, y ya era candidata para el implante.
 Paralelo a ésto, nosotros como papás, decidimos mandarla a un jardín común, ya que sólo ibamos 3 días a bs as, y ella se quedaba en casa los otros 2 días. Fue allí su primer contacto con grupos de nenes normoyentes, quienes la integraron junto con su señorita de una manera muy natural. Ella concurría muy contenta. Y nosotros cómo papás tambien recibimos mucho apoyo del gabinete de éste jardín. En la mitad del año Marti fué implantada!!! un éxito...gracias a Dios!!.
 Al año siguiente, con casi 4 años, seguía en el Jardín del IOM, pero la cambiamos de jardín común a otro más rural, con grupitos más pequeños de niños, con ambientes más amplios, y el exterior menos contaminado de ruidos molestos. En ésta Institución "Clarisa Amézaga", es dónde notamos en nuestra hija, un cambio impresionante.  Partiendo de un grupo maravillosos de niños, quienes la integraron con una naturalidad increíble, el contacto con aquellos pares fue muy productivo. El equipo docente y todos los que allí trabajan, nos brindaron todo su apoyo.  Martina iba encantada a su Jardín rosa, como ella lo llamaba por su delantal.
 En éste último jardín hizo salita de 4 y 5 años. Al terminar, debimos pedir permanencia, porque en el IOM de Bs As, debía seguir en jardín, ( allí las salitas se agrupan o clasifican por edades auditivas, y no cronológicas, cómo en los jardines comunes.  Hay tres grupos: maternal, medianos y grandes.  No existe un tiempo definido, para la permanencia en éstos, o sea, se puede estar un año y medio, y a la mitad del año, o cuando ellos lo concideran necesario, se cambian de grupo).
 Marti tenía la edad cronológica para pasar a 1 grado, pero le faltaba mucho vocabulario, su edad auditiva era inferior a un niño normoyente.
 Junto con la permanencia, pedimos cambio de jardín, pensando en futuro, debíamos decidir dónde iba a realizar la escuela primaria, y fue así que la cambiamos al pre-escolar del Instituto Divino Corazón.
Al año siguiente pasa al último grupo del IOM, a grandes, y comienza con un nuevo grupo de niños del Jardín común. Ella súper contenta, porque en éste mismo y en una salita anterior, es dónde estaba su hermanito Felipe. No podía disimular la alegría que le producía ésto. Otro grupo encantador de niños quienes la recibieron como a una reina, además se convirtió en una ídola, porque ella ya sabía leer y escribir y todos le pedían ayuda. Ésto le dió mucha seguridad y gratitud.
  Al finalizar ése año, o sea, el año pasado, Marti egresa del Jardín del IOM de Bs As, y nos dan el alta para seguir sólo en 1 grado de escuela común. Dónde está hoy y en compañia del mismo grupito de niños de salita de cinco.  Ella está muy a gusto con ellos y con su seño. Gracias a Dios y a todo el esfuerzo realizado todos éstos años, ella hoy es una más en su clase, se maneja con naturalidad y mucha seguridad.  Cada día va con muchas ganas y alegría a su escuela.
 Al IOM vamos sólo dos días a clases de apoyo, en un proyecto de integración del mismo.
 
Nosotros creemos que la integración con grupos normoyentes, le dió a nuestra hija grandes aportes, riquísimos en su vida, en cuanto a su vocabulario, gestos, actitud, lenguaje espontáneo, escuchas casuales, mucha seguridad personal, aprobación e integración social...
Ésta fue nuestra experiencia, pero vuelvo a repetir....cada niño es especial y único, debemos tener muy en cuenta su ralidad, cada papá sabe cuales son sus posibilidades. Todos y cada uno sabe lo que quiere....mejorar y mejorar cada día la calidad de vida de nuestros hijos, y de poder brindarles un mejor futuro, que puedan desenvolverse e integrarse naturalmente en la sociedad, interactuando con pares, porqué no, pensar en que puedan estudiar y trabajar en lo que ellos decidan....todo lo que cualquier papá desea para sus hijos....
Ésa es la idea....nuestro slogan como papás es: mejoremos lo que tenemos!!!!.  Obviamente, hay cosas o realidades que no podemos cambiar....pero sí mejorar.....siempre viviendo el presente, el ahora, y teniendo muy en cuenta a nuestra hija, cómo se encuentra físico y emocinalmente, sin descuidar su salud ( buena alimentación, cumplir con sus horas de descanso, permitirle muchos momentos de juego, actividades al aire libre sin olvidar que es sólo una niña de 6 años.
Sabemos que en el afán de salir adelante, a veces, cuesta parar por un momento y pensar:...vamos bien..hasta dónde le exijo, o me exijo cómo mamá, y viene mi gran pregunta.....
Cómo lograr el equilibrio justo...?????

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